30 Mar Apúntate a cantar
¡Apúntate a cantar!
En todas las culturas, se canta a los niños desde que nacen. Se les canta para calmarles, para dormirles, para entretenerles…
En cuanto ellos aprenden a hablar, incorporan a sus habilidades también el canto. Los niños cantan sin prejuicios, sin preocuparse por si afinan o no y sin la vergüenza de que otros les miren. Inventan cantinelas, cantan lo que oyen o lo que los adultos les han enseñado.
Cuando crecen, sólo unos pocos, aquellos que reciben una educación musical, o los que realmente tienen esa vocación, continúan cantando de forma sistemática.
Pero como cantar es natural en el ser humano, como el instrumento para hacerlo está incorporado en nuestro cuerpo y no requiere más esfuerzo que el de abrir la boca, seguimos cantando. Cantamos en las celebraciones, en los cumpleaños, las fiestas, las ceremonias religiosas o culturales y en las despedidas.
La música y el canto viven con nosotros, por eso muchos hacemos de ello una afición. Intentamos profundizar en la técnica, la afinación, la melodía, los tempos etc. Por todo esto, muchas personas pertenecemos a un coro, porque nos conecta a nuestros primeros recuerdos, a nuestras alegrías y tristezas vividas, porque es uno de nuestros rituales como tribu.
Cantar te anima, te une a los demás, te hace formar parte de un grupo humano heterogéneo y original, te hace humilde y a la vez especial, te forma musical y emocionalmente, te hace olvidar inseguridades y te hace feliz.
¿No me crees?
¡Pruébalo por ti mismo! ¡Apúntate a cantar!
¡Tú también puedes!
Esperanza Casillas