vivir un coro

Vivir un coro

75 / 100

Crecí escuchando «radio hablada». Con amigos descubrí la música clásica y el jazz. Con mi empresa aprendí lo que es un coro y con Magerit supe lo que significa vivir un coro.

Nunca imaginé lo profunda que puede ser la unión coral ni lo mucho que puede emocionar.

Si tuviera que definir las razones de su intensidad lo atribuiría sin duda al hecho de estar creando arte o a las endorfinas que genera cantar; pero también al trabajo en equipo en su máxima expresión, a la necesidad de practicar esa rara habilidad que es la “escucha activa”, al esfuerzo por integrarse sin destacar, a la conciencia de estar realizando una pequeña o gran aportación a un bien común y superior…

Es una actividad solidaria y generosa, llena de personas con ganas de dar y emocionar. Eso es lo que hace a un coro algo especial.

En cada concierto hay un momento clave: cuando te pones frente a los que han venido a escucharte. En ese momento siempre me pregunto: ¿por qué han venido? ¿seremos capaces de darles lo que buscan? Es un momento de profunda conciencia de uno mismo, con un alto sentido de responsabilidad emocional.

Probablemente sea esa conciencia compartida la que consigue atraer al público a la música coral; o quizás sea una razón mucho más terrenal: la posibilidad de ver a personas capaces de hacer algo juntas por un bien superior, dejando aparte diferencias individuales, intereses y conflictos.

Mi madre, la de la “radio hablada”, siempre me dijo que no le gustaba la «música hablada»; pero ahí está, en todos mis conciertos: ¿“amor de madre” o “abducción coral”?

Cualquier razón es válida, para cantar y para escuchar.

Mª Jesús Melendro



X